Eliana Bravo Vesga - logros

Hoy quiero que reflexionemos sobre el trillado tema de las dietas pero, por favor, ¡no crean que decidí cambiar mi pasión por las finanzas personales! Y que, ahora, me vaya a dedicar a ayudarlos a perder peso. Evidentemente, no es así.   Lo que sucede es que, en estos momentos, se ha venido a mi mente una analogía que me ha parecido interesante para explicarles ¿por qué conseguimos cambios en muchos aspectos de nuestra vida, pero no logramos que se mantengan en el largo plazo?

Cuando iniciamos una dieta, lo primero que pensamos es ¿cuánto tiempo vamos a tener que sacrificarnos para llegar a perder los kilos que deseamos? y no dudo que, entre menor sea ese tiempo, mayor entusiasmo le vamos a poner al asunto, porque seguro que, cuando la iniciamos, sólo faltaban algunas semanas para ese gran evento, para el cuál debíamos entrar en una talla menos de vestido o traje.

No obstante, pasadas esas duras semanas o meses obligados para llegar a la meta, las consecuencias no se harán esperar, porque así cómo forzamos nuestro cuerpo a hacer algo para lo que no lo preparamos, él volverá con mucha facilidad a tomar su forma inicial y, siendo sinceros, puede llegar a crecer un poco más.

Después de volver a subir de peso vienen las depresiones, las justificaciones y la búsqueda de culpables, porque la culpa nunca es nuestra, no señor, sino es que la dieta no era buena. Lo único cierto, es que podemos seguir probando, una y otra vez, obteniendo resultados a corto plazo, pero sin poder mantenerlos en el mediano ni, mucho menos, en el largo plazo.

Así como sucede con los resultados de estas dietas, sucede con la organización de nuestras finanzas, queremos buscar soluciones de corto plazo a nuestros problemas financieros y damos un brinco de alegría cuando logramos encontrar ese pañito de agua tibia que quizás nos dé “tranquilidad” por unos días y, en el mejor de los casos, unas semanas.

Pero tal como en el caso anterior, las consecuencias llegarán, porque la solución que encontramos fue, por ejemplo, contraer una deuda para pagar otra, con lo cual nuestros problemas financieros tomarán su forma inicial y seguirán creciendo más y más.

Como consecuencia de lo anterior, viene el proceso de justificación y búsqueda de culpables: los bancos, el sueldo que no alcanza, entre otras, y de nuevo volver a intentar con soluciones que siempre estarán lejos de mantenerse en el tiempo.

En conclusión, ni las dietas, ni las soluciones a nuestros problemas financieros, ni nada de lo que hagamos en nuestra vida perdurará en el tiempo, sino adquirimos los hábitos adecuados, que son  esas acciones que, a base de repetirlas, se convierten en nuestra forma de hacer las cosas.

Así que, la próxima vez que te propongas hacer cambios en tu vida, no busques los resultados de corto plazo, esfuérzate en crear procesos sostenibles en el tiempo,  buenos hábitos que te permitan cambios permanentes y así poder pasar victorioso al próximo reto.

 

One Reply to “¿CONSIGUES CAMBIOS PERO NO LOGRAS MANTENERLOS EN EL TIEMPO?”

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