Eliana Bravo Vesga - estres por deudas

 

Cuando mi esposo y yo compramos nuestro apartamento, como es normal, ¡la felicidad inundó todo nuestro ser! Nos mudamos e hicimos nuestro nido de amor… pero no pensamos en lo que se nos venía cuesta arriba.  Olvidamos que el tiempo pasa volando y un día, con la entrega de un sobre en la portería – que no contenía exactamente una nota de felicitación por nuestro nuevo apartamento-  despertamos a la realidad y encontramos: “el cobro del impuesto predial”, por lo que, automáticamente, ¡entré en SHOCK! Ya no había nada que hacer, el dinero tenía que salir de algún lado.

A partir de ese momento, entendí que si no quería ir de SHOCK en SHOCK, y vivir peleando con mí marido, debíamos volvernos previsivos, es decir,  aprender de esta experiencia y, de ahí en adelante, incluir en nuestro presupuesto mensual  un rubro de “provisiones”.

Tal y como te lo definí en mi post: “aprende a identificar y clasificar tus gastos”,  la provisión consiste en aquellos recursos que separas mes a mes de tu ingreso, para cubrir pagos que debas realizar semestral o anualmente. Por ejemplo: impuestos, mantenimientos, seguros, pagos de matrículas, entre otros. Las provisiones evitan que empieces a ¡saltar matones cuando llegue el día de pago!

Por otra parte, los expertos recomiendan tener una provisión como mínimo de tres meses, para cubrir los gastos en caso de quedarse sin trabajo repentinamente.  En este último punto quiero enfatizar mis queridos lectores, porque se trata de un rubro que, generalmente, no incluimos en el presupuesto y, absurdamente,  cuando tenemos un empleo, cometemos el error de dar por sentado que es de por vida, no nos preparamos y cuando viene el remesón, nuestra vida y la de las personas que dependen de nosotros, termina haciéndose un ocho.

Finalmente, ¡hacer provisiones es un excelente hábito para dejar de improvisar! En la medida que vayas organizando tus finanzas personales y tengas un plan a cumplir, estas reservas de dinero te permitirán hacer realidad las cosas que quieres, como por ejemplo, salir de vacaciones, sin caer en el error de acudir al dichoso TARJETAZO -con las módicas cuotas correspondientes-.

Así que los invito a que se animen a hacer de las provisiones parte de su presupuesto mensual y que comprueben, por su propia experiencia, la paz y la tranquilidad que se siente cada vez que  llega el momento de cumplir con las obligaciones y éstas están cubiertas, que un despido no los coja desprevenidos,  o  que puedan darse algunos gusticos libres de dolores de cabeza,  o sea, de deudas.

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