Te comes los beneficios de tus ahorros. Así, ¿Cómo quieres que trabajen para ti? ¿Cómo pueden producir a su vez más beneficios que trabajen para ti? Procúrate primero un ejército de esclavos de oro, y después podrás gozar de los banquetes sin preocupación.

Traigo a colación esta frase escrita por George S. Clason, en su libro “El hombre más rico de Babilonia”, para ilustrar lo que significa el interés compuesto y la magia que puede hacer en nuestras finanzas.

Si le has dado prioridad a tu educación financiera básica y te has entrenado para tomar el control de tu flujo de efectivo, estoy segura que, al día de hoy cuentas con un presupuesto mensual, un registro diario de gastos, tienes una estrategia para reducir tu deuda no productiva y entiendes la importancia de pagarte a ti mismo primero. Es decir,  tienes un porcentaje de tus ingresos que destinas al ahorro, antes de realizar cualquier otro gasto.

Lo anterior significa que “lograste pasar de la locura a la cordura”, que pasaste de saltar matones para llegar a fin de mes, a controlar tu dinero y ahora tienes un capital inicial para ponerlo a trabajar para ti. Aquí es dónde el interés compuesto – si así lo decides –  entra a ser tu aliado estratégico en el juego del dinero.

En términos muy sencillos el interés compuesto se logra cuando realizas una inversión, ganas un interés sobre ésta (lo llamamos rentabilidad), pero en vez de tomar esta ganancia y echártela al bolsillo, tomas la decisión de reinvertirla año a año, lo que hace que tu dinero crezca de forma exponencial, ya que los intereses de cada nuevo periodo, se calculan sobre tu capital inicial más los beneficios que hayas obtenido del periodo anterior.

En el interés compuesto intervienen tres variables importantes: el dinero – que es el capital para iniciar la inversión-, el interés – rentabilidad que obtienes-,  y el tiempo- periodo en que tendrás el dinero invertido-.

La definición es fácil de entender. Sin embargo, la práctica no es tan sencilla. Una de las razones para ello, es que las personas carecen de una visión a largo plazo, la necesidad de la recompensa inmediata, de pensar sólo en el corto plazo, los lleva a que su predisposición a gastar los beneficios de sus inversiones -por pequeños o grandes que sean-, tenga más fuerza que su voluntad de reinvertir ganancias y construir un futuro convincente.

El pensamiento a corto plazo y la falta de educación financiera avanzada, hace a las personas impacientes, llevándolos a pretender que, de la noche a la mañana, sus inversiones generen altas rentabilidades, con bajo riesgo y sin hacer ningún esfuerzo.

Entonces,  ¿qué hará que el interés compuesto haga la magia que necesitas en tus finanzas

1.Establece un plan financiero dónde definas tus objetivos de inversiones, es decir, qué quieres conseguir, y en qué tiempo.

2. Identifica tu perfil de riesgo, ten en cuenta que lo que es bueno para el vecino, no necesariamente es bueno para ti.

3. Edúcate financieramente, recuerda que eres el único responsable de tu futuro financiero.

4. Si pides consejos financieros ¡busca esta orientación en personas que hayan logrado buenos resultados financieros! no en una persona desordenadas financieramente y que lleva un estilo de vida que se escapa de sus posibilidades.

5. Es importante que entiendas que el potencial del interés compuesto está en la variable tiempo, así que, tener una mentalidad con enfoque de largo plazo es un requisito indispensable.

Si aplicas estos consejos, tienes claro a dónde quieres llegar y te mantienes firme en tu meta, el interés compuesto es una herramienta poderosa que te ayudará a incrementar tu capital y lograr tu libertad financiera.

Te invito para que compartas en los comentarios que piensas sobre esta poderosa herramienta y si la has utilizado para avanzar en la consecución de tu bienestar financiero.

5 Replies to “La magia del interés compuesto.”

  1. Excelente Eliana, buenos consejos, si tengo una base sólida, un buen control del presupuesto puedo crecer con el interés compuesto, dejarlo crecer para ver sus frutos, y no cortarlo en los brotes iniciales. Mis cariños por los consejos obtenidos.

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