Los hábitos son esas acciones que, a base de repetirlas, se convierten en nuestra forma de hacer las cosas. En varias ocasiones les he comentado que para mejorar en cualquier aspecto de la vida, incluyendo el financiero, es necesario identificar los malos hábitos, asumir el reto de dejarlos atrás y comprometernos a crear buenos hábitos que nos encaminen hacía una vida llena de prosperidad y tranquilidad.

Son muchos los buenos hábitos que debemos adquirir para mejorar nuestras finanzas, pero he recopilado una lista de 10 de ellos que considero esenciales para iniciar el camino.

1.Todo empieza en nuestra mente. Así que, debemos revaluar constantemente nuestras creencias sobre el dinero, desenmascarar pensamientos negativos, concientizarnos de que siempre tenemos la opción de elegir y de cambiar lo que nos impide caminar por la vía del progreso y el bienestar.

2. Cambiemos la queja por el agradecimiento. Dejar de quejarnos porque nos parece poco lo que ganamos, en lugar de esto levantarnos y acostarnos cada día dando gracias por las bendiciones recibidas y comprometernos a ser los mejores administradores de nuestros recursos.

3. Para lograr cambios debemos pasar de la intención a la acción. Esto evitará que las promesas se las lleve el viento. Convertir nuestras intenciones en acciones conlleva un desafío, porque, como se dice popularmente, “del dicho al hecho hay mucho trecho” y, en la mayoría de los casos, nuestras decisiones, comportamientos y hábitos van en contravía de nuestras buenas intenciones, obstaculizando el logro de nuestros objetivos.

Entonces, debemos ser congruentes entre lo que queremos y lo que hacemos, si tu intención, por ejemplo, es disminuir tus deudas, es ilógico que pretendas lograrlo, si cada vez que tienes la oportunidad de comprar algo a crédito, lo haces sin medir las consecuencias.

4. Tener un plan financiero personal o familiar.  No dejar las finanzas al azar nos ayudará a evitar graves equivocaciones a la hora de tomar decisiones financieras, a vivir dentro de nuestras posibilidades y a ser financieramente responsables.

El plan financiero nos permite enfocarnos en lo realmente importante, es la ruta, una brújula que nos guía para llegar al destino que nos hemos propuesto.

5. Dinero y presupuesto son amigos inseparables, pero no basta con estructurar un presupuesto hay que ejecutarlo y auditarlo. Cuando tenemos un presupuesto somos nosotros quienes decidimos con anticipación qué ruta debe seguir nuestro dinero.  Recordemos que lo importante no es cuánto ganamos sino cómo lo administramos.

6. Dar prioridad al ahorro. Religiosamente debemos destinar mínimo el 10% de todos los ingresos para el ahorro. No dejemos para ahorrar el dinero que nos queda a fin de mes, lo ideal, es que al distribuir el ingreso separemos un porcentaje o un monto fijo de éste para destinarlo al ahorro, pero este dinero lo debemos reservar antes de realizar cualquier gasto, cumpliendo así con la regla de oro de las finanzas personales: “pagarnos a nosotros mismos primero”.  

7. Tomar decisiones financieras en pareja. Lo ideal sería que las parejas trabajaran en equipo en todos los frentes de su relación y esto incluye también el tema de las finanzas, porque dos cabezas piensan mejor que una y cuando se trabaja en equipo, poco a poco, las parejas van acoplándose mejor, conociéndose, confiando el uno en el otro y descubriendo habilidades que no sabían que tenían.  Evitemos los secretos financieros ya que pueden crear muchas fricciones en la vida familiar.

8. Evita las deudas de consumo.  Si queremos avanzar hacía nuestro bienestar financiero necesitamos entender que las deudas malas o improductivas no actúan a nuestro favor y que son el resultado de la indisciplina financiera y del desconocimiento. Si tenemos deudas debemos revisar las causas del endeudamiento. No basta solo con reconocerlas, hay que definir las acciones que nos permitan eliminarlas y no volver a caer en ellas.

9. Entender que, si queremos controlar nuestro futuro financiero, nunca es demasiado tarde, ni demasiado temprano, para mejorar nuestra educación financiera, se trata de un continuo aprendizaje.

Invertir en nosotros mismos es lo mejor que podemos hacer, este es un ejercicio básico para desarrollar la inteligencia financiera que nos ayudará a tener una nueva visión del dinero y a enfrentarnos, con herramientas sólidas, a la toma de decisiones financieras.

10. No dar de lo que nos sobra, dar de lo que tenemos. Con la voluntad de dar y recibir, hacemos que la abundancia circule en nuestra vida. Una forma de asegurar que se cuenta con los recursos – en este caso, financieros – es crear el buen hábito de hacer parte de nuestro presupuesto el “rubro de caridad” y separar el porcentaje que consideremos adecuado canalizar para estas causas.

Recuerda que el conocimiento sin práctica no te lleva a ninguna parte, así que ponte en acción.

Te invito para que compartas en nuestra comunidad qué otros hábitos practicas para tener unas finanzas saludables.

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