Hace unos días hablaba con Juan, quien de manera jocosa me comentaba que cree tener habilidades de mago, ello porque cada vez que recibe sus ingresos los desaparece como por arte magia. También me dijo que estaba cansado porque trabaja mucho y su desprendible de nómina registra buenos ingresos, pero nunca le alcanza el dinero y vive endeudado.

Mi situación es insostenible Eli, estoy decidido a cambiarla, así que quiero que me orientes para poder avanzar en el proceso de organización, administración y toma de control de mis finanzas

Felicité a Juan por esta acertada decisión, y le pedí que, a partir de ese momento, empezara a registrar – sin excepción-  cada uno de los gastos que realiza, a lo que él contestó:

“Eli, eso es algo muy difícil para mí, a mi manera de ver eso sólo lo hacen las personas tacañas”

Uno de los desafíos a los que se enfrentan las personas, cuando deciden tomar el control de sus finanzas, es el de realizar un registro diario de todos sus gastos. No importa si corresponde a una erogación de dinero que hicieron por el pago del arriendo mensual, o si corresponde a la compra de un café, cualquier gasto, por pequeño que sea, debe quedar registrado.

Aunque parece un ejercicio sencillo, al igual que Juan, muchas personas se sienten bastante intimidadas, ya que hacer un registro de cada cosa en que gastan el dinero, los hace ver y sentir como personas tacañas.

Quienes piensan que hacer un registro de gastos es sinónimo de “tacañería” tienen una creencia limitante, que no les permite avanzar hacia la meta propuesta – lograr el control y administración de sus finanzas –, tal creencia los lleva a cometer los mismos errores una y otra vez. Esta es una creencia que no les permite reconocer que la manera en la que piensan no se ajusta a la realidad.

Te indicaré las diferencias que existen entre una persona tacaña y un buen administrador:

Un buen administrador es un buen planeador, es frugal, es decir, es una persona que tiene la habilidad de gastar su dinero con prudencia y buen juicio, evitando el desperdicio y derroche. Tiene el control sobre el dinero, sabe optimizar sus recursos y siempre encuentra un equilibrio entre sus ingresos y gastos. Los buenos administradores tienen una mentalidad de abundancia y ven al dinero como un medio o una herramienta que debe ser utilizada, de la mejor forma, para mejorar en su bienestar y el de los demás.

Por el contrario, la persona tacaña vive siempre en la escasez, se queja todo el tiempo de que el dinero no le alcanza, no disfruta de lo que tiene, no piensa en compartir sus bienes con los demás, sus hábitos financieros pueden acarrearle problemas en sus relaciones. El tacaño ve el dinero como un fin y eso lo convierte en un acumulador, dista mucho de ser un buen planeador y no le gusta invertir, ya que ello implica poner en riesgo su dinero.

Vale la pena que comprendas estas diferencias y evidencies con cuáles de las características te identificas más. Esto permitirá desvirtuar la creencia limitante y expandir la mente para dar cabida a pensamientos más objetivos y positivos acerca de los beneficios de ser un buen administrador.

Recuerda: si logras identificar la creencia limitante: “hacer un registro de gastos diarios es para personas tacañas” y ser consciente de que esto no aporta en tu proceso, podrás tomar la decisión de des energizarla. De esta manera empezarás a enviar energía a una nueva creencia, por ejemplo: “el buen administrador tiene el buen hábito de registrar todos sus gastos”, la que sin duda te generará abundancia y prosperidad.

¿Te identificaste cómo un buen administrador o un tacaño? Te invito para que compartas tu opinión en los comentarios.

One Reply to “¿Eres tacaño o buen administrador? Las creencias limitantes obstaculizan tu progreso.”

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