Eliana Bravo Vesga - De la intención a la acción

 

Los seres humanos estamos cargados de buenas intenciones, siempre estamos diciéndonos a nosotros mismos y a los demás, las cosas que necesitamos hacer para estar mejor en cualquier área de nuestra vida, por ejemplo: empezar a  ejercitarnos al menos 3 horas a la semana, vincularnos a un grupo para prestar servicio comunitario, mejorar nuestros hábitos alimenticios, aprender otro idioma, entre otras. No obstante, en la mayoría de los casos todo queda solo en la “intención”.

En el tema de la organización de nuestras finanzas, no es diferente, cada día escucho a muchas personas decir: “este mes voy empezar a estructurar mi presupuesto”, “debo dejar de hacer compras innecesarias”, “debo disminuir mi nivel de deuda”,  “debo empezar un ahorro”, pero, al igual que en las demás áreas a mejorar de sus vidas, las promesas se las lleva viento y todo termina en una buena intención.  Tener clara nuestra intención es un paso inicial e importante, pero ¡no servirá de nada si no pasamos a la acción! 

Convertir nuestras intenciones en acciones conlleva un desafío, porque, como se dice popularmente, “del dicho al hecho hay mucho trecho” y, en la mayoría de los casos, nuestras decisiones, comportamientos y hábitos van en contravía de nuestras buenas intenciones, obstaculizando el logro de nuestros objetivos.

Entonces, debemos ser congruentes entre lo que queremos y lo que hacemos, no basta con desear algo y esperar a que por arte de magia se haga realidad. Si tu intención, por ejemplo, es disminuir tus deudas, es ilógico que pretendas lograrlo, si cada vez que tienes la oportunidad de comprar algo a crédito, lo haces sin medir las consecuencias.

Así las cosas, la próxima vez que pretendas cambiar algo en pro de mejorar tu bienestar y el de tu familia ten en cuenta los siguientes consejos para que inicies el camino y logres pasar de la intención a la acción:

1. Ten claro tu objetivo.

2. Revisa los comportamientos, decisiones y hábitos que afectan directamente el logro de tu objetivo.

3. Elabora un plan realista que te encamine a lograr el cambio, recuerda que los planes no están escritos sobre piedra, pero son un derrotero muy importante.

4. Establece hitos con fechas específicas que te permitan hacer un seguimiento a su cumplimiento.

5. Finalmente, considero importante que realices  una auditoría con el apoyo de una persona en quien confíes.

Espero que esta ruta te sirva de guía para que ¡tus promesas dejen de ser tan solo palabras que se lleva el viento!

 

 

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