Cuando tenemos alguna diferencia con nuestra pareja y requerimos un consejo, debemos ser cautos al elegir el consejero, ya que no es lo mismo recibir una orientación de una persona cuya vida matrimonial está al borde del fracaso, que recibirlo de alguien que ha logrado librar con éxito los conflictos maritales.
Saber elegir a quién pedimos un consejo sobre resolución de conflictos matrimoniales, es tan relevante como escoger con lupa a quién pedimos un consejo para el manejo de nuestras finanzas personales. Seguir un mal consejo en el tema marital puede llevarnos al fracaso de nuestra relación, así mismo, tener en cuenta un consejo financiero inapropiado puede llevarnos a deteriorar nuestras finanzas.
Soy una convencida que la vida en pareja es mucho más llevadera si mantenemos una relación saludable con nuestras finanzas, lo cual incluye, desde definir la forma más adecuada para administrar el dinero, hasta involucrar siempre a la pareja cuando de tomar decisiones financieras se trata.
¡Nuestra pareja es a la primera persona a quien debemos comunicarle o pedirle consejo financiero! porque, aunque pensemos que la decisión a tomar es personal, y que seremos los únicos afectados con la misma, al final los asuntos de dinero siempre terminarán afectando a nuestro cónyuge y a los demás miembros de la familia.
Ahora, es muy importante que las parejas reconozcan y acepten las fortalezas y debilidades que tiene cada uno en cuanto al manejo de las finanzas. A priori, se puede pensar que en toda pareja existe equilibrio, es decir: que si uno es desorganizado, el otro es organizado, o que si uno es insensato, el otro tiene un mínimo de sensatez. Si esto es así, ¡maravilloso! porque nuestra pareja podría ser, lo que llamamos, nuestro polo a tierra y con seguridad jamás permitiría que tomáramos decisiones que afectaran nuestra tranquilidad y bienestar financiero.
Sin embargo, en temas de dinero, no resulta fácil identificar al sensato o al organizado. Entonces, al no reconocer estas debilidades, las parejas van por ahí dándose consejos mutuamente y destruyendo, no solo su tranquilidad y futuro financiero, sino su relación marital.
En estos casos, ¡lo ideal es pedir el consejo de un tercero! Pero, por favor, ¡busquen esta orientación en personas que hayan logrado buenos resultados financieros! no en una persona desordenada financieramente y que lleva un estilo de vida que se escapa de sus posibilidades. Mi consejo es que como pareja entiendan que si quieren controlar su futuro financiero, nunca es demasiado tarde para iniciar a educarse en estos asuntos.