Conocemos el cuarto de San Alejo como aquel espacio de nuestra casa en donde vamos acumulando todas las cosas que, por alguna razón, ya no utilizamos. Estoy convencida que, no todo lo que guardamos en este cuarto corresponde a cachivaches y cosas viejas que ya no sirven para nada, sino que un porcentaje podría estar representado en objetos, que un día por aquellos impulsos que suelen dominarnos al pasar por una vitrina, decidimos comprar y luego no encontramos ni el espacio ni la funcionalidad para acomodarlos en nuestro hogar.
Créanme, no conozco la primera casa que esté libre de este pecado, porque, aunque nos cueste aceptarlo, todos tenemos malos hábitos de consumo y hemos caído en la tentación de comprar cosas que, al final, no necesitábamos, a lo mejor nunca las utilizamos y lo más práctico, lo menos estorboso, fue arrumbarlas.
Casi siempre que hacemos limpieza al cuarto de San Alejo no pasamos de dar un vistazo y aunque somos conscientes de que, en la mayoría de los casos, hay cosas que no hemos usado hace más de un año, siempre encontramos una justificación para no deshacernos de ellas. Absurdamente pensamos en darles un uso algún día. A mí personalmente me causa risa, porque terminamos generando apegos a cosas que no tienen ninguna utilidad para nosotros, en la próxima limpieza las vamos a encontrar en el mismo lugar, solo que más sucias y deterioradas.
En algunas ocasiones, esta situación se presenta porque hemos pagado mucho dinero por ellas y como algunas fueron producto de nuestros impulsos y malos hábitos de consumo, entonces los cargos de conciencia no nos dejan actuar con objetividad.
Hoy te quiero proponer un ejercicio, que te ayudará, no sólo a liberarte de las cosas que no usas, sino que tendrás la oportunidad de generar un ingreso adicional y de paso aprender a negociar.
Lo primero que debes hacer es tomar la decisión de deshacerte de las cosas, independientemente del precio en que las adquiriste o del apego que tengas de ellas. Recuerda: no las estas utilizando y ten la plena seguridad de que si están arrumbadas, nunca las vas a utilizar.
Abre de nuevo el cuarto de San Alejo, pero, esta vez, no hagas inventario de las cosas que vas acumulando, clasifica las que están en buenas condiciones y pueden ser vendidas, límpialas y toma buenas fotos de todos los perfiles.
Una vez hecha la primera parte de la tarea, dedica un tiempo a hacer tu registro en algún portal de internet de compra y venta como: mercado libre y OLX que son sitios en donde, cualquier persona, puede subir lo que quiere vender, colocando sus datos personales para poder contactarse con alguien que quiera comprar el producto. Para el proceso de publicación y venta de artículos, vas a encontrar, paso a paso, todo lo que necesitas saber en el sitio mismo.
Finalmente, debes estar pendiente de tu correo ya que te notificarán si hay personas interesadas en tu producto para que puedas entrar a negociar.
A mí personalmente me gustó la experiencia, teniendo en cuenta que, además de liberarme de cosas que ya no utilizaba, tuve un aprendizaje valioso en dos vías:
La primera: el gran potencial que tienen estas plataformas para generar ingresos extras, no solamente por vender tus cachivaches, sino que, si te enganchas en el tema, puedes especializarte en la venta de algún artículo y crear tu negocio.
La segunda: al revisar mi cuarto de San Alejo, logré concientizarme de la importancia de controlar mis impulsos y mejorar mis hábitos de consumo.
Así que, te invito a hacer de ésta una experiencia de liberación, limpieza y aprendizaje.
Totalmente de acuerdo, nos llenamos se muchas cosas,.aveces nos queda complicado es.colocar.los.precios a esos artículos, pero haremos el.ejercicio.
Gracias Por la recomendación