Mi abuelita tenía un refrán que decía “al que no tiene camisa, no le obliga la misa” y éste, como todo dicho popular, está lleno de sabiduría. Si algo me ha servido en la vida es haber escuchado y aplicado los consejos de mi abuela. Ella sin darse cuenta quizá, con esta frase que se grabó en mi mente desde pequeña, me enseñó un buen hábito que me ha ayudado a mantener mis finanzas personales bajo control.
“Al que no tiene camisa, no le obliga la misa”, se traduce en: ¡acostúmbrate a decir NO! y se preguntarán mis queridos lectores, ¿cómo esta frase puede ayudarlos a administrar mejor sus finanzas? Vamos a verlo con ejemplos muy concretos que, estoy segura, nos suceden a todos en el día a día.
Cada semana, sin falta, recibes una o dos llamadas de un banco o empresa de telefonía celular, entre otras, ofreciéndote un nuevo producto con los mejores precios, condiciones y facilidades de pago, “una oferta irresistible”, sólo para un cliente preferencial, VIP, Premium, o como hayan decidido bautizarte en la campaña de marketing. ¿Cuál debería ser tu respuesta inmediata y más inteligente? En realidad no tienes mucho que analizar, sólo tienes que decir como la canción “te lo agradezco, pero NO”.
En muchas ocasiones has terminado accediendo porque no estabas preparado para saber que contestar, pero, ese rotundo ¡NO! te salvará de afectar tus finanzas, ya que es obvio que es un producto o servicio que realmente no necesitas y no está contemplado en tu presupuesto mensual. Si no dices NO, terminarás adquiriendo una deuda sin sentido, que igual tendrás que pagar con intereses.
Ahora bien, aprende a decir ¡NO! a los caprichos de tus hijos. Resultará conveniente que les expliques a tus chicos las razones de tu decisión, tal vez no sea sencillo, pero, estas decisiones también hacen parte de su educación financiera, sin duda alguna, ellos te lo agradecerán con creces en el futuro. Además, tus finanzas no se saldrán de control por estar cumpliendo, sin límite, cada uno de sus caprichos.
Hay momentos en los que también debes dar un rotundo ¡NO! a tus amigos, quienes generalmente tienen una celebración cada semana. En este caso, lo ideal es que, si eres una persona organizada, tengas en tu presupuesto mensual un rubro moderado para diversión. De esta manera, tienes un límite para saber hasta dónde decir SI, y, a partir de ahí, ser capaz de decir “gracias por la invitación, pero NO”. Recuerda: cada farra adicional puede hacer que tu dolor de cabeza se prolongue más allá de los efectos del guayabo o resaca.
Al final del día, son un sinnúmero de situaciones a las que debemos DECIR NO, esto nos ayudará a disciplinarnos. Hacer y tener todo lo que queremos es posible, pero no siempre todo al mismo tiempo. Una manera de aprender este buen hábito, es tener un plan financiero personal que nos muestre un panorama claro de dónde estamos y a dónde queremos llegar. Conocer nuestro real estado financiero, nos ayudará a entender por qué “AL QUE NO TIENE CAMISA, NO LE OBLIGA LA MISA”.
Todo muy bien redactado e interesante saludos desde Chile
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