Eliana Bravo Vesga - Captación ilegal de dinero

 

Hace unos días te comentaba ¿QUÉ HACER PARA QUE NUESTROS AHORROS NO PIERDAN SU VALOR?  y te advertía que no podemos creer en la primera opción que se nos presente para ahorrar o invertir.

Es muy común escuchar en la noticias, o en nuestro círculo cercano, la historia de aquel confiado que dejó todos sus ahorritos en manos inescrupulosas, con la promesa de generar altas rentabilidades, en corto tiempo y, supuestamente, con un riesgo mínimo.  Al final, esta persona sólo obtuvo dolores de cabeza, puesto que  perdió su capital y las ganancias prometidas nunca llegaron a sus manos.

“De eso tan bueno no dan tanto”, suelen decir las abuelas y, en este caso particular,  tienen toda la razón.

Recuerdo que, por estas tierras, el primer escándalo financiero de este tipo sucedió en el año 2008, con la Pirámide DMG.  No obstante lo anterior, la superintendencia de Sociedades colombiana informó que, entre los años 2013 a 2015, se intervinieron más de 250 captadoras ilegales de dinero. Este panorama deja claro que, a pesar de todos los descalabros financieros que se han generado,  este tipo de empresas siguen teniendo acogida en el mercado. La asignatura sigue pendiente: las personas se siguen dejando deslumbrar por las jugosas y absurdas rentabilidades que las estafas piramidales les ofrecen.

Una vez suceden este tipo de infortunios, que han dejado a muchas personas en la Unidad de Cuidados Intensivos, viene el momento de buscar los culpables, generalmente estos son: el gobierno, las instituciones encargadas de realizar vigilancia y control, el vecino o el primo que me dijo, ¡ah! y el que no me dijo también.

El problema no está en el sistema en el que vivimos, realmente está en  la práctica de valores negativos como la pereza (querer algo sin dar nada a cambio), la avaricia (querer tomar más de lo que uno da) y el poder que puede llegar a tener nuestra ignorancia financiera.

A partir de hoy, siempre que tengas la intención de poner a trabajar tu dinero, no te fijes solamente en la rentabilidad. La regla de oro es que la rentabilidad está ligada directamente al riesgo, es decir, entre mayor sea la rentabilidad esperada, mayor será el riesgo que debas asumir y viceversa.

De ahora en adelante, esta regla debe hacer parte de tu programación financiera, para que la próxima vez que te ofrezcan un producto con alta rentabilidad y bajo riesgo, lo analices detenidamente y no caigas en el jueguito, porque sencillamente ¡esta mezcla no existe!

Recuerda la importancia de alfabetizarte financieramente ya que eres el único responsable de tu bienestar y futuro financiero.

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